¡Bienvenid@! Me siento muy feliz de que visites mi blog.



miércoles, 8 de diciembre de 2010

El mundo del dolor


Podría decirse que el día de nuestro nacimiento alguien se encarga de agitar el banderín de salida, y cada uno de nosotros se pone en marcha para hacer el recorrido, largo o corto, del camino de nuestra vida, el que a cada cual nos ha reservado el destino. Y van pasando los años de la infancia, que se nos antojan tan largos. Luego enfilamos el tramo de la juventud donde todo son energía y expectativas, de forma que a punto estamos de comernos el mundo, o al menos eso nos parece. Llegan después los años de la madurez, en los que los días corren deprisa, deprisa… para llevarnos inexorablemente a la vejez - si llegamos, claro - con sus limitaciones y achaques.
Y mientras recorremos este camino, de cuando en cuando vamos topándonos con la enfermedad, ya sea propia o ajena. Y entonces descubres con asombro un mundo nuevo, el mundo del dolor. ¿Quién no se ha topado con él con motivo de la enfermedad de un ser querido o de algún familiar o durante una visita al hospital? La riqueza, el poder, la ambición, la fuerza, el orgullo… todas esas cosas que hacen que el hombre se muestre ante sus semejantes hinchado como un pavo real, se tornan nada cuando llega el momento del dolor. Entonces el ser humano es tan solo un niño indefenso, necesitado sobre todo de afecto y de cuidados.
Hoy he estado en un hospital para visitar a un familiar. Como siempre que voy allí algo se me remueve por dentro y vuelvo a casa en estado de reflexión, rumiando estos pensamientos que he plasmado sobre el papel, y algunos otros que se me han quedado en el tintero. Quiero terminar estas líneas con esta frase, tan verdadera. Sólo el amor que pongamos en nuestra vida hace que ésta merezca la pena vivirse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario