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jueves, 2 de diciembre de 2010

Visto lo visto...


No hace mucho tiempo leí una noticia que me produce escalofríos. Estados Unidos, a través de Hillary Clinton, Secretaria de Estado estadounidense, y el mismísimo Presidente Obama, han tenido que pedir perdón a Guatemala por los experimentos llevados a cabo en este país por equipos médicos pertenecientes al Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos durante la década de 1940.
Dichos experimentos, que han salido a la luz gracias a un estudio realizado por Susan Reverby, una investigadora de la Universidad de Welleslev, consistieron en infectar con sífilis y gonorrea a cerca de 700 personas, la mayoría de ellas presos y pacientes de instituciones mentales de Guatemala. ¡Tela marinera!
Según dicho estudio, estos experimentos tenían como finalidad determinar si la penicilina, utilizada para curar la sífilis, podía evitar que la enfermedad se extendiera en las primeras etapas del contagio. El contagio se provocaba por transmisión sexual a través de prostitutas que sufrían la enfermedad, por inoculación directa en el órgano sexual o mediante la aplicación de una inyección en la médula espinal. ¡El equipo médico, dirigido por un tal doctor John Cutler, alentaba a los pacientes a que contagiaran a otras personas!
¡¡¡Qué horror!!! ¡De lo que puede ser capaz el ser humano en nombre de la ciencia!
Hasta ahora los malos eran los nazis… Que lo son por supuesto. Sin posible justificación.
Pero a la vista de noticias como ésta, yo me pregunto: ¿Cuántas barbaridades se cometerán en el mundo que nosotros ni siquiera imaginamos?
Etiquetas:
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